En una de las sesiones de clasificación mas disputadas de la temporada, Lewis Hamilton consiguió el primer puesto de la grille del circuito de Silverstone, con solo 44 milésimas de diferencia sobre Sebastian Vettel y 98 sobre Kimi Raikonnen. Los Ferrari funcionaban a la perfección en este circuito, pues cinco de los diez primeros clasificados montaban motores suministrados por Maranello. Entre ellos, Charles Leclerc, que aún haciendo P6 en Q1, terminó por ceder ante los dos Haas y acabó partiendo desde la novena posición de la parrilla. Magnífico trabajo el del piloto monegasco, que ya nos tiene acostumbrados a contar con él para ocupar un puesto entre los diez primeros. No hay que olvidar que los Sauber eran los farolillos rojos al principio de la temporada. Entre los “expertos” se comentaba que los motores Ferrari tenían mucho que ver en esto, pero la diferencia la marca este novato llamado a tocar la gloria, ya que no podemos olvidar que su compañero Ericsson partía desde la decimoquinta posición a pesar de contar con el mismo motor.
Hamilton, salió mal y acabó viéndose involucrado en un toque con Raikonnen en la curva tres. El lance provocó un trompo del inglés que le relegó hasta la ultima posición. Lewis pedía por radio que le confirmaran que el coche estaba entero, pues sus sensaciones le transmitían los peores augurios; pero no fue así, el de Mercedes inició una remontada voraz y en solo diez vueltas ya rodaba sexto. Es verdad que el incidente sirvió para apreciar con claridad, la diferencia entre su Mercedes y el resto de los mortales; es decir, los de atrás y los de la tabla media, pero eso no resta mérito al de Brackely, que acabó peleando con Vettel por la victoria, aunque fuera favorecido por dos safety car que fueron desplegados en el segundo tercio de la carrera.
El primero de ellos lo provocó Marcus Ericsson al querer trazar la curva uno con el DRS abierto. Perdió el coche y acabó estrellándose contra el muro. El segundo lo protagonizaron Grosjean y Sainz, cuando el primero no quiso ceder ante el ataque de Sainz y acabó tocando al español cuando perdió su coche. Los dos acabaron en la puzolana con sus monoplazas fuera de combate.
Las últimas diez vueltas, favorecidas por la aparición de estos safety, fueron la verdadera salsa de la carrera. Los top seis rodaban juntos. Todos hablan parado a poner blandos menos los dos Mercedes que prefirieron no parar debido a que sus medios llevaban relativamente pocas vueltas rodando. Bottas, Vettel, Hamilton, Verstappen, Raikonnen y Ricciardo por este orden y separados solo por unas cuantas décimas. Kimi pasó a Max y este se revolvió en una maniobra espectacular, defendiendo la posición por fuera, aunque mas tarde acabara cediendo ya con el coche rateando por problemas en su motor, que terminarían con el abandono del holandés una vuelta mas tarde. Vettel pasó a Bottas favorecido por el estado de sus neumáticos, después de que el finlandés acabara machacando los suyos por defender la posición. Mas tarde le llegó el turno a Hamilton, que se colocó segundo a la caza de su adversario por el titulo. Por último Bottas, terminaría cediendo ante Raikkonen para acabar cuarto en una carrera en la que los Ferrari fueron los mejores y en la que Hamilton minimizó los daños, acabando en un extraordinario segundo puesto que le sirvió para mantenerse vivo en la pelea por el mundial.
La nota triste la puso el equipo Sauber, que en el cambio de gomas de Leclerc, dejó la delantera izquierda mal colocada y obligó al monegasco a abandonar una carrera en la que sin duda habría acabado por detrás de los intocables. Había rodado octavo durante toda la carrera, por detrás del Renault de Hulkenberg, pero llegó a ponerse en zona de DRS y sin duda, después del cambio a duros por parte del de Renault hubiera acabado por rebasarle.
Alonso, que salió decimotercero, acabó octavo después de arrebatar a Magnussen esa posición, en los últimos lances de la carrera.
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