Cierto es que Hamilton es un depredador que cuando se centra en la caza de su pieza, ay de aquel que se ponga en su camino, pero también es cierto que es muy vulnerable y las situaciones desfavorables ejercen en él una extraña sensación de abatimiento o debilidad. Preveía yo, que en esta carrera, después de haber estado por detrás de su compañero durante todas los entrenamientos e incluso la clasificación del sábado y habiendo cedido una importante cantidad de puntos la semana pasada, no iba a ser capaz de arrebatarle la posición a su rival, Nico Rosberg, tal y como lo hizo el pasado año y en efecto así fue. No sé si debido a ese estado de abatimiento que comentaba, lo cierto es que cuando se apagó el semáforo, se quedó clavado y hasta seis coches lograron llegar a la primera curva antes que él.

La carrera se saldó con una nueva victoria de Rosberg, que con el podio de Hamilton saldó el tercer título de Campeones del Mundo de constructores para Mercedes, a falta de cuatro carreras para acabar el año.
Del resto, vimos una muy interesante lucha entre Alonso y Sainz durante gran parte de la carrera, donde incluso se llegaron a poner en paralelo a final de recta y que acabó con una pequeña salida de pista del de Toro Rosso.
Los Ferrari, no solo sucumbieron ante el empuje del mercedes del inglés, sino que no fueron capaces de lograr el ritmo esperado para dar caza al Red Bull del joven piloto holandés.
La proxima cita será en territorio de las américas, en el circuito de Austin, pero para ello tendremos que esperar dos semanas.
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