Este fin de semana se ha celebrado en el circuito de Austin la decimoctava prueba del campeonato. Era el primer “match ball” para Lewis Hamilton, pues solo necesitaba ocho puntos mas que su rival Sebastian Vettel, para proclamarse campeón del mundo de la categoría. El alemán salía quinto debido a una sanción de tres puestos al no obedecer las normas de bandera roja, en la primera sesión de clasificación celebrada el viernes.
Hemos asistido a una de las pruebas más emocionantes de la temporada, en la que hemos podido disfrutar de todo lo que en la formula uno tiene valor: una salida de las que se saludan con un “ole”, toques en varios sitios del circuito a lo largo de la primera vuelta, remontadas espectaculares, adelantamientos de todo tipo e incluso intentos fallidos que a la postre han postergado la entrega del campeonato.
Hamilton salía en pole por delante del primer Ferrari en manos de Raikkonen. Por detrás Bottas, Ricciardo y Vettel. Verstappen salía decimoctavo debido a la rotura de una palier de su RBR en Q1. Sainz P11 y Alonso P13.
Al apagarse el semáforo, Kimi salió bien, mantuvo la posición sin dejarse achicar por Hamilton y a la llegada de la primera curva alargó la frenada y obligó al inglés a ceder la posición. Una maniobra digna de un piloto de su talla. Por detrás, Vettel, que no había conseguido ganar posición al termino de la primera curva, se lanzó a por Ricciardo desesperadamente y la desesperación llegó cuando, por un error suyo, tocó al australiano y se quedó mirando a los que venían por detrás. Quedaba muy atrás y en ese momento pensar que Hamilton no celebraría su quinto título, parecía totalmente improbable. Mas atrás, el que no desaprovechó ni una sola oportunidad, fue Max Verstappen que desde la cola, conseguía remontar posiciones hasta ponerse en condiciones de llegar a los mejores y adelantar a Bottas en un undercut de los de libro.
Kimi logró distanciarse un poco del inglés. Jugaron a ver quien entraba primero a cambiar gomas e incluso el finlandés le amagó la entrada durante la presencia de un VSC causado por el abandono de Ricciardo. No lo hizo, pero el que entró fue Hamilton que se la jugó a una estrategia a dos paradas, que solo le valió para consumir sus gomas antes de poder enjugar el diferencial con Kimi. Este entró cuando se lo indicó su equipo y acabó administrando las suyas ante Verstappen y el propio Lewis durante las últimas diez vueltas. Supo estar sereno ante los doblados y al final cruzó la bandera a cuadros como ganador del Gran Premio.
Cuando Hamilton llegó a la zaga de Verstappen, tenía la oportunidad de celebrar su quinto titulo, si conseguía adelantar a Max antes de la bandera a cuadros. Lo intentó con ganas, pero el holandés es un hueso muy duro de roer y se defendió con uñas y dientes ante el inglés en un lance que levantó a los espectadores de su asiento.
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