Segundo match ball desaprovechado por Nico Rosberg y aunque solo le queda el último, no es cuestión de criticarle pues la carrera de ayer se desarrollo en condiciones de lluvia y falta de visibilidad y el alemán debe proteger todas sus oportunidades y no asumir riesgos innecesarios. Aunque bien es cierto que los de Red Bull le pusieron la segunda plaza en bandeja y de no haber sido por un prematuro cambio de gomas a intermedios, Max e incluso Ricciardo podían haber subido al cajón dejando al alemán en una situación muy difícil de cara al último y definitivo gran premio.

Es cierto que correr bajo la lluvia representa un riesgo y que cualquiera puede tener un percance, pero siempre se ha corrido en estas circunstancias cuando las condiciones climatológicas así lo decidían. Solo tenemos que recordar el día que Hamilton fue sacado de la grava por una grúa, mientras muchos de sus compañeros acababan cerca de él debido al estado de la pista. Ese día había muchísima agua en el asfalto y sin embargo se siguió corriendo. Ayer se podía correr, como quedo demostrado en la segunda mitad de la carrera.
Fue durante estas vueltas cuando se vieron las mejores acciones, especialmente a cargo de Max Verstappen, quien mas tarde sería declarado piloto del día. Salvó un trompo que puso su monoplaza mirando al muro y nos obsequió con los mejores adelantamientos de la jornada. Max está demostrando día a día que es un piloto extraordinario ya sea en seco o en mojado. Solo cabe esperar que la FIA levante la mano en lo que a regulaciones se refiere para que volvamos a tener una competición tan apasionante como lo fuera hace años.
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