Hamilton, el bipolar

Checo Perez, en una entrevista a @Movistar_F1 ha comentado que Hamilton no mantiene mucha relación y platica poco con el resto de los pilotos de la parrilla, “es un poco bipolar” acabó diciendo para cerrar el comentario. Lo cierto es que en los drivers parade, subido en la plataforma del camión que recorre el  circuito con los pilotos antes de la carrera, siempre se sitúa alejado del resto de sus compañeros, como si viviera en un mundo aparte; por otro lado en la antesala del podium, lugar que visita muy muy a menudo, no suele ser muy efusivo ni parlanchín con sus compañeros de podio. Quizás Sergio Perez tenga razón, pero lo cierto es que Lewis Hamilton es un depredador de victorias (las quiere todas) y si no consigue estar en lo más alto del cajón carrera tras carrera, su estado de animo, su opinión, es como si el mundo entero estuviera en su contra. 

Hamilton a vuelto a ganar en Silverstone por cuarta vez consecutiva y continua con su carrera imparable hacia lo más alto del estrellato de este deporte y es que el inglés además de su extraño carácter, tiene unas manos prodigiosas para conducir un formula uno. Lo hizo esta vez en mojado, con la pista húmeda y cuando esta se secó del todo. Pero no es la primera vez que le vemos dar una exhibición sobre la pista y a sus treinta y un años, todavía está a tiempo de conseguir muchas victorias.

Rosberg acabó segundo, pero pendiente de una posible sanción por haber recibido ordenes desde su box para corregir un problema con la séptima velocidad, mediante el uso del volante y sus quasi infinitas posibilidades de cambiar el comportamiento del monoplaza.