
Los dos Ferrari se habían colocado segundo y tercero en la parrilla de salida del Gran Premio de Canadá que este fin de semana se celebraba en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal. Por fin los bólidos rojos se dejaban ver en las primeras líneas de la parrilla y no se trataba de ningún espejismo, pues incluso Felipe Massa que se colocó tercero, superó a Mark Webber, a los dos McLaren y a los dos Mercedes con facilidad. Esta vez, solo Vettel, logró colocarse por delante de los Ferrari, pero a una distancia corta para lo que venía siendo habitual esta temporada.
El día de la carrera apareció gris y con lluvia, lo que dejaba la teórica ventaja en el aire, pues en pasadas ediciones, aun sobre suelo seco, el “pacecar”, como se denominaba al coche de seguridad en tiempos del mítico piloto que da nombre al circuito, había hecho acto de presencia en numerosas ocasiones. Así pues con lluvia, las probabilidades de toques, incidentes e incluso de fuertes golpes, dejarían a una especie de azar aleatorio, lo que pudiera pasar durante las 70 vueltas que debía durar la carrera.
La salida se dio lanzada, lo que no impidió, en la primera curva, el primer toque entre Hamilton y Webber que desplazo a este último hasta posiciones muy retrasadas.

Anteriormente habían pasado muchas cosas, el coche de seguridad había salido al menos cuatro veces antes de este incidente y todavía lo hizo una vez más.

El final de la carrera fue de infarto, pues el último “safety”, dejo a Vettel, Schumacher, Webber y Button, juntos a falta de seis vueltas.

Qué habría pasado si Button no hubiera sacado a Fernando….
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