
Alonso octavo en la parrilla, necesitaba una carrera sobre mojado para que su Ferrari no sufriera más de la cuenta en Sepang. Y el cielo respondió. Empezó a llover minutos antes de la salida y casi todos los pilotos arrancaron con neumáticos intermedios. Alonso no desaprovechó la ocasión y salió disparado para escalar hasta el quinto puesto tras doblar las primeras curvas.
Pero la lluvia arreció y muchos pilotos empezaron a patinar.

El asfalto aún estaba mojado y era muy traicionero, pero Alonso continuó imparable con su progresión. Adelanto a Webber en pista, se benefició de un toque de Button con Karthikeyan y supero en boxes a Hamilton y a Sergio Pérez. En la vuelta 16 el asturiano era ya líder y en Ferrari se pellizcaban para confirmar que no era un sueño.
Pero cuando la pista se secó y los depósitos de gasolina se vaciaron, Alonso empezó a sufrir las carencias de su F2012. Los rivales apretaron y el asturiano tuvo que exprimirse al máximo para resistir en el primer puesto. Especialmente duros fueron los ataques de Perez, cuyo Sauber era hasta un segundo más rápido en las últimas vueltas. Solo una salida de pista del joven mexicano cuando estaba a punto de asaltar el liderato, le dio un respiro a Fernando. Hamilton completó el cajón, aunque menos satisfecho por haber desaprovechado su segunda pole del año.
Esta victoria no debe ocultar la realidad de Ferrari, que necesita evolucionar el coche a marchas forzadas si quiere pelear por el Mundial. De momento, la escudería ha confirmado que habrá mejoras para el próximo GP de China, imprescindibles para que la recta más larga del Mundial no ponga en evidencia la falta de velocidad punta del monoplaza rojo.
Fuente: 20 minutos