
La decepción ha vuelto a ser la protagonista de un Gran Premio de Fórmula Uno, pero esta vez no ha sido debido a los malos resultados de Alonso sino a una mala decisión tomada por la dirección de carrera.
Nadie se explicaba como Alonso, que iba pegado a Vettel y Hamilton antes del accidente que sufriera Webber en la primera parte de la carrera, no apareciera en boxes cuando estos dos ya estaban saliendo después de cambiar sus gomas. La explicación se pudo ver poco después. El coche de seguridad había salido entre Vettel y Hamilton, pero este, lejos de respetar el reglamento y actuando de la manera en la que nos tiene acostumbrados, adelantó al coche de seguridad y dejó a Alonso pegado detrás del SC. Como esto se produjo justo en la salida del pit lane, una gran parte de los que circulaban por detrás de ellos tuvieron opción de entrar a cambiar neumáticos, colocándose de esta manera entre Hamilton y Alonso una vez que la situación se normalizó detrás del Safety Car.

Pero lo cierto es que la salida del SC perjudico a nuestro piloto y hubiera perjudicado igualmente al inglés de no ser porque éste valoró la posible sanción y decidió saltarse el reglamento a sabiendas que aún así saldría mejor parado. La sanción, un ride-through, le llegó y la cumplió cuando ya se había separado de su perseguidor lo sufriente para volver a salir en el mismo sitio; es decir, segundo. Nulo castigo para una sanción por saltarse las normas.
La FIA deberá reconsiderar la norma del SC, porque independientemente de las malas artes empleadas por Hamilton, salir entre el primero y el segundo sin hacer nada por recolocar las posiciones, siempre acabará con las opciones de los pilotos que circulen justo por detrás.